Emilio Calatayud (Recomendable)

                Emilio Calatayud Pérez es un magistrado español, juez de menores de Granada conocido por sus sentencias ejemplares. En 1977 se licenció en Derecho,  accedió a la carrera judicial en 1980 y fue destinado a Güímar (Tenerife) como juez de distrito. Es famoso por las sentencias curiosas, ejemplares y basadas en la educación más que en el mero castigo. Ejemplos de ellas pueden ser:

• 200 horas en una tienda de juguetes por haber robado ropa
• Trabajar con los bomberos por haber quemado papeleras.
• Visitas a la planta de traumatología de Granada por conducir un ciclomotor sin seguro.
• Impartir 1000 horas de clases de informática a estudiantes a un joven que había crackeado varias empresas granadinas provocando daños por 2000 €.
• Etc

Quise escribir sobre este autor y sobre sus hazañas ya que este hace unas reflexiones que concuerdan con mi filosofía y mi forma de pensar. Este habla de distintas soluciones para mejorar la educación de los jóvenes.

En primer lugar, y como aspecto más importante, habla sobre la necesidad de la existencia de colaboración entre los ámbitos sanitarios, servicios sociales, educación y justicia. Se debe trabajar en colaboración. Así, lo chavales, tal y como dice el autor, deberían conocer la justicia en la que viven. Para ello se debiera promover más que los alumnos de escuelas e institutos vayan a los juzgados y comenten los juicios. Deben conocer las consecuencias de sus actos.

En segundo lugar, los centros escolares debieran incorporar a más profesionales, pedagogos, psicólogos, maestros más especializados que sean capaces de resolver los conflictos internos. Evitar que no lleguen tantos casos a manos de la justicia. Debemos diferenciar entre una simple amenaza verbal y un indicio de tráfico de drogas.

En tercer lugar, los padres debieran ser padres. Debieran educar a sus hijos y no ponerlos en contra del sistema en el que viven. Se podría mejorar la educación que proporcionan los padres a sus hijos, por ejemplo, a través de las escuelas de padres.

Finalmente, un endurecimiento de las penas, de las leyes, de las normas sobre todo aquellas referidas a las de los menores. Como dice Calatayud: “Se ha banalizado todo. Hay que decir no a la sociedad”.

En conclusión es posible mejorar la educación siempre que exista un compromiso social por parte de todos.